A más de 2 metros vuelan los proyectiles lanzados por “los cañones” de esta criatura de la naturaleza. El hongo Pilobolus sp. garantiza el desarrollo de su variedad disparando sus esporas lo más distante posible de su habitual morada, el excremento del ganado.
La Naturaleza siempre esta dispuesta a sorprendernos, una de las tantas curiosidades de la naturaleza es la manera de vivir y multiplicarse del hongo Pilobolus sp., este organismo vive y se alimenta descomponiendo el excremento del ganado vacuno, caballos, ovejas, etc. Desde su estrafalaria morada es que realiza un hecho que resulta verdaderamente extraordinario para enviar a su prole hasta el intestino de los animales.
Unas pequeñas vesículas transparentes, en la punta de los Pilobolus adultos, contienen las esporas encerradas a una presión de 70 atm. Si las condiciones climáticas son las adecuadas estas esporas serán expulsadas como auténticos proyectiles. Los Pilobolus disparan a sus hijos a más de 2 metros de
distancias, alcanzando el singular proyectil una velocidad de hasta 600 Km/h. De esta manera se dispersan las esporas que, quedando pegadas en la hierba estarán listas para ser ingerida por los animales que pastan en la zona. De esta fantástica forma continuará su desarrollo este curioso hongo en el intestino de su huesped que lo albergará hasta su posterior salida al exterior, renovándose el ciclo.
La Naturaleza siempre esta dispuesta a sorprendernos, una de las tantas curiosidades de la naturaleza es la manera de vivir y multiplicarse del hongo Pilobolus sp., este organismo vive y se alimenta descomponiendo el excremento del ganado vacuno, caballos, ovejas, etc. Desde su estrafalaria morada es que realiza un hecho que resulta verdaderamente extraordinario para enviar a su prole hasta el intestino de los animales.
Unas pequeñas vesículas transparentes, en la punta de los Pilobolus adultos, contienen las esporas encerradas a una presión de 70 atm. Si las condiciones climáticas son las adecuadas estas esporas serán expulsadas como auténticos proyectiles. Los Pilobolus disparan a sus hijos a más de 2 metros de
distancias, alcanzando el singular proyectil una velocidad de hasta 600 Km/h. De esta manera se dispersan las esporas que, quedando pegadas en la hierba estarán listas para ser ingerida por los animales que pastan en la zona. De esta fantástica forma continuará su desarrollo este curioso hongo en el intestino de su huesped que lo albergará hasta su posterior salida al exterior, renovándose el ciclo.
by xblade1007